20 de Julio del 2024

En el ojo de la tormenta

Truenos y centellas en consulado mexicano por denuncia de trabajadores.

El clima borrascoso de la temporada que ha provocado destrucción en varias partes del país parece haber llegado a Chicago, pero en forma de escándalo porque 5 trabajadores renuncian con carta pública haciendo graves denuncias.

 

POR EDUARDO ALEGRIA

La respuesta del Consulado de México ha sido escueta a través de un comunicado. Dice lo siguiente:

“En días recientes, cinco Prestadores de Servicios Profesionales Independientes, asignados al Área de Asuntos Comunitarios del Consulado General de México en Chicago, presentaron su renuncia voluntaria por diversas razones. Tres de ellos la presentaron el pasado 24 de mayo y los otros dos el 15 de mayo. Al respecto, informamos que tanto la Representación Consular como la Secretaría de Relaciones Exteriores han recibido las cartas de renuncia y analizarán con detenimiento los puntos señalados. El Consulado General de México continuará ofreciendo sus servicios a la comunidad mexicana en la circunscripción”.

Pero la andanada de acusaciones de los renunciantes está expuesta en un documento de 6 páginas que ha sido publicada en todas partes. Los trabajadores que han desatado la tormenta son del área de Chicago y trabajaban en este consulado bajo el régimen laboral Prestadores de Servicios Profesionales Independientes (PSPI), son: Jesús Aguilar García (Coordinador de Educación Financiera), Mario Eduardo Gastélum Rocha (Coordinador de Educación), Rodrigo Ivan Vences Díaz (Coordinador de Salud y Deportes), Oscar Huerta Hernández (Coordinador de Organización Comunitaria) e Irving Rivera Olmedo (Coordinador de Organización Comunitaria).

 

Las acusaciones

“Presentamos formalmente una queja de lo que a nuestra percepción constituye una falta a nuestros derechos laborales, migratorios y humanos en contra del personal del Departamento de Asuntos Comunitarios (DAC) del Consulado General de México en Chicago, por parte de los funcionarios: Ministro Miguel Antonio Cuesta Zarco y Consejero Eduardo Niño Avalos, Cónsul Encargado y Cónsul de Asuntos Comunitarios, ambos miembros del Servicio Exterior Mexicano (SEM) en dicha representación”, dice la carta.

En otra parte, el documento dice que se les asignó tareas y funciones como represalia a protestas que hicieron porque no consideran los títulos universitarios que poseen, ni su experiencia. “Lamentablemente esta práctica de intimidación es común para los empleados de este Consulado, podemos enumerar las repetidas ocasiones en las que los cambios de área en todos los departamentos se han dado como represalia, nuestra vida cotidiana y crecimiento profesional se ven terminados por malas interpretaciones y abuso de poder. Cabe resaltar que para 2 de los 5 que aquí suscriben, se nos incluyó al departamento de asuntos comunitarios después de haber sido aplicada esta represalia a los compañeros previamente asignados en nuestras áreas de responsabilidad”, denuncian.

Agregan que “por otro lado, la carga de trabajo del DAC es muy superior a la de otros departamentos, lo cual puede ser constatado con las extensas jornadas laborales a las que somos sujetos, es común la realización o asistencia a eventos fuera del horario laboral, hasta altas horas de la noche y en fines de semana. Se nos exige trabajo de calidad con temporalidades irrealizables, sin ninguna consideración a los horarios de trabajo, el tenso ambiente laboral o el cansancio físico y mental”.

Los trabajadores informaron que adjuntaron en su carta renuncia-denuncia, archivos de registros de horas extra y de las tareas que calificaron de irregulares para los que fueron contratados.

 

Maltratos y humillaciones

En otra parte acusan sin tapujos y con nombre propio. “La situación es agudizada constantemente por malos tratos, gritos y humillaciones en nuestra contra, los funcionarios antes mencionados establecen fechas límite y objetivos irrealizables dentro del horario que estipula nuestro contrato. Como ejemplo, en ocasiones se ha hecho referencia a nuestro trabajo como porquería e incompetencia”, denuncian.

Y acusan con nombre y apellido: “En el caso del Cónsul Encargado, Antonio Cuesta, existe un temor generalizado a su persona por personal de la representación, debido a su constante uso de gritos y exageradas reprimendas que en más de una ocasión han derivado en reacciones de compañeros e incluso llanto de compañeras y funcionarias por igual. En los casos de empleados que han expresado su inconformidad con dichos tratos, han sido

sujetos a cambio inmediato de departamento como represalia. El Cónsul Eduardo Niño emplea frases despectivas y hace comentarios discriminatorios generalmente apuntando las carencias educativas, socioeconómicas y culturales de los demás y hace mofa constantemente de todo aquello que no considera digno a su estándar”, acusaron.

 

Desconsideración

“Recientemente uno de nosotros enfrentó el fallecimiento de un hijo y el resto del personal, atestiguamos de primera mano la insensibilidad e indiferencia del Cónsul Eduardo Niño, nuestro jefe inmediato, ante la situación, exigiendo a escasas horas del suceso y con pleno conocimiento del mismo, información al compañero en mención sobre una actividad laboral a realizarse el siguiente domingo (no laborable) a la cual se le había asignado, así como la confirmación de su asistencia a la misma; el compañero expuso no estar apto física y mentalmente para actividades laborales; el funcionario haciendo caso omiso instruyó al compañero encargarse de encontrar un remplazo para la actividad, consecuentemente nuestro compañero informó al departamento de recursos humanos su situación y solicitó amablemente respeto para la misma, no obstante siguió recibiendo constantes llamadas y mensajes del funcionario”, dice la carta.

Igualmente, los renunciantes se quejan que ganaban muy poco para el trabajo que realizaban. Presentaron una tabla de gastos y de sus ingresos que son un promedio de $2,188.44 mensuales, y que no cuentan son prestaciones de salud y jubilación.

Acusan también que son víctimas de burla. “en varias ocasiones y en tono burlón hemos escuchado al Cónsul Eduardo Niño decir que nuestro salario es inferior al pago mensual de la renta de su departamento”, sostienen.

Terminan la carta sosteniendo que “en cualquier ambiente laboral, el autoritarismo, las prácticas de intimidación y acoso no deben tener cabida, es necesario para cualquier empleado contar con un ambiente de respeto e igualdad, que fomente el mejoramiento en el desempeño a través de una capacitación adecuada, en el cual las reprimendas sean justificadas, partiendo del ejemplo”.

Al mismo tiempo hacen una serie de propuestas que mejorarían las condiciones laborales de quienes aún trabajan en el consulado y advierten que hacen responsables “a los funcionarios mencionados por cualquier acción que pueda considerarse como represalia y que afecte a familiares y amigos que aún laboran en dicha representación, consideramos de suma importancia contar con un antecedente para evitar que otros compañeros reciban este tipo de trato a futuro”, concluyen.

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