Tiroteos con muertes y accidente mortal en Waukegan.
Y en Navy Pier cientos de personas que habían acudido con sus familias vivieron momentos de terror por una pelea entre pandilleros que causó estampida.
La violencia con armas de fuego en el largo fin de semana del 4 de julio fue el fin de semana más violento en lo que va del año, a pesar del plan de la alcaldesa Lori Lightfoot de inundar la ciudad con agentes de policía. Desde el miércoles por la noche, seis personas murieron y otras 60 resultaron heridas por violencia con armas de fuego en Chicago durante el fin de semana festivo.
El superintendente Eddie Johnson reconoció que la cantidad de tiroteos es mayor que la del año pasado, cuando el 4 de julio cayó a mediados de la semana. No se trataba solo de tiroteos. La violencia comenzó el jueves por la noche en las afueras de Navy Pier cuando tres personas, entre ellas dos de 14 años, fueron apuñaladas después de la exhibición de fuegos artificiales.
Alcohol causó muerte en Waukegan
Javier Ocampo (22) de North Chicago imprudente
El desafortunado graduado era el pasajero del auto que chocó el 4 de julio a eso de las 10:45 pm y era conducido por su amigo en estado de ebriedad. Javier Ocampo que asistió a Highland Park High School, fue identificado como el pasajero muerto en un accidente de alta velocidad en Waukegan el 4 de julio.
El Dr. Howard Cooper, forense del condado de Lake, dijo que Javier Ocampo, de 22 años, del norte de Chicago, murió a causa de varias lesiones contundentes que recibió en el accidente, que ocurrió cerca de Bonnie Brook Lane y Lewis Avenue en Waukegan alrededor de las 10:45 p.m. Jueves.
Se han presentado cargos contra Rudi S. Orihuela, de 22 años, de Highland Park, quien está acusado de conducir ebrio durante el accidente. Orihuela fue acusado de conducir bajo la influencia del alcohol, el homicidio imprudente y varios delitos de tránsito.
El comandante de la policía de Waukegan, Joe Florip, dijo que un 2008 Ford Fusion Negro, conducido por Orihuela, viajaba hacia el este en Bonnie Brook Lane a una alta velocidad cuando el hombre perdió el control del vehículo y golpeó un árbol.
Ocampo, que estaba en el asiento delantero del pasajero, fue trasladado al Centro Médico Vista East en Waukegan, donde fue declarado muerto. Orihuela también fue trasladado al mismo hospital donde fue atendido y dado de alta.
Orihuela fue dado de alta del hospital bajo custodia policial luego de ser tratada por "lesiones moderadas", dijo Florip. Los investigadores creen que tanto la velocidad como el alcohol son los principales contribuyentes al choque, dijo Florip. Ambos hombres llevaban cinturones de seguridad.
Orihuela apareció en la corte el sábado y un juez fijó su fianza en $200,000. Orihuela pagó la fianza de $20,000 y salió de la cárcel.
Pánico en Navy Pier
Dos adolescentes, un hombre apuñalados 14 heridos afuera de Navy Pier fue el saldo de ir a “disfrutar” los fuegos artificiales del 4 de julio. Un jovencito de 14 años fue apuñalado en el brazo y la costilla, y otro de 15 años, fue apuñalado en la axila. Ambos fueron llevados al Lurie Children’s Hospital, donde su situación fue estabilizada.
Según la Policía de Chicago, todo comenzó porque grupos de pandilleros se enfrentaron a golpes y terminaron sacando cuchillos para arreglar sus cuentas. Fue porque los grupos empezaron a lanzarse señales de pandillas alrededor de las 10:10pm en la cuadra 600 E. Grand Ave., dijo la Policía.
El caos se desató porque en esos mismos momentos algunas personas hicieron detonar unos potentes cohetones que las personas que corrían de la pelea de los pandilleros confundieron con disparos y empezaron a gritar “armas”, “disparos”. Fue el inicio de una espectacular y escalofriante estampida de miles de personas que pasaban por el muelle del Navy Pier.
Producto de la esta estampida se terminó con muchos heridos en los hospitales, incluso uno que al principio se pensó que había recibido una bala, pero resultó que había caído sobre el pico de un mesa tumbada y se había hecho un orificio.
Rocco Alioto, sargento de la Policía de Chicago, informó después que no hubo evidencia de disparos o balacera, pero el pánico ya se había desatado y las personas pensaban que se trataba de un pistolero que disparaba contra la multitud. En esa desesperación una multitud entró por la fuerza a las instalaciones del restaurante a Harry Caray’s Tavern, protegiéndose de los supuestos disparos.
De acuerdo a testigos, la gente corría y gritaba sobre un arma y puñaladas causando con su estampida un pandemonio. Algunos con hijos pequeños sólo atinaban a proteger a sus pequeños debajo de las mesas y muchos hasta se ponían a rezar. Otros buscaban desesperados a sus hijos extraviados.
Los momentos vividos fueron horribles y la policía no podía controlar la situación de pánico pues estaba concentrada en eliminar la posible amenaza, que terminó con el arresto de los dos adolescentes apuñalados mutuamente.
El viernes la Policía dijo que estaban buscando a dos sospechosos de los apuñalamientos que provocaron el caos. No se han hecho arrestos al cierre de esta edición.