Apple y Google se han unido para crearlo.
La aplicación para los celulares serviría para identificar y aislar a las personas que han estado expuestas al virus, tengan o no síntomas.
Es el tema que ha dominado la semana: la creación del App que los dos gigantes de Silicon Valley y algunos expertos en salud pública están “fabricando” para que usen nuestros teléfonos inteligentes en la lucha contra el COVID-19.
Apple y Google dicen que lanzarán su sistema el próximo mes.
No se han dado especificaciones, pero el propósito es el proceso de rastrear a las personas con las que los pacientes infectados han interactuado y, después de ubicarlas, obligarlas a que se realicen las pruebas o entren en cuarentena.
Pero para ello los trabajadores de salud pública deben hacerles a los pacientes una serie de preguntas sobre dónde han ido y con quién se han reunido. Entonces, después, tienen que encontrar a esas personas para aislarlas.
De acuerdo a lo que ha trascendido, el sistema que Apple y Google están creando utiliza señales Bluetooth para ayudar a identificar los contactos que el método tradicional puede perder.
Cómo funcionaría
Por ejemplo;
José y María se van al parque. Cuando están paseando, sin que se den cuenta sus celulares emitirán señales Bluetooth. Como José está infectado de COVID-19, su departamento de salud pública lo ha marcado como infectado en el App. Por lo tanto el sistema lo va a ubicar y usaría el registro de esas señales anónimas de Bluetooth, para advertir a cualquiera cuyo teléfono se haya acercado al suyo en las últimas dos semanas que necesita hacerse el test porque podría haberse contagiado. Por supuesto la primera en hacerse el test sería María.
Pero como la tecnología no es a prueba de fallas. Hay un margen de error pues las señales de Bluetooth llegan más allá de los seis pies que nos dicen que nos mantengamos separados. Y para que el sistema sea efectivo, mucha gente necesita participar.
El App no está listo. Apple y Google dijeron que aún no saben cuántas personas necesitan optar para ver un impacto. En Singapur, un millón de personas han descargado una aplicación de rastreo de contactos creada por el gobierno. Pero para que sea efectiva el 75% de la población tendría que usarla.
Los gigantes tecnológicos esperan convencer al mundo de usar su App para que funcione. Alrededor de 3 mil millones de personas en todo el mundo tienen un iPhone o Android. Si muchos de ellos usan el App, el sistema podría marcar la diferencia.
Pero hay otro escollo: los gobiernos no pueden obligar a las personas a activar el seguimiento de Bluetooth. Además está el tema de la privacidad que ha encendido muchas alarmas. Aunque se ha dicho que para proteger la privacidad, las señales de Bluetooth son números aleatorios que permanecen en su teléfono. Eso significa que ni Apple ni Google pueden rastrear dónde has estado o con quién has estado en contacto.
Los demócratas en el Congreso ya han advertido que vigilarán de cerca cómo los gigantes tecnológicos manejan la privacidad.