Su inesperado anuncio ha despertado dudas.
Los CDC avisaron a los gobernadores que se preparen para distribuirla desde el 1 de noviembre y ha crecido la duda porque todo parece indicar que es lanzada por el gobierno con fines electorales.
POR EDUARDO ALEGRIA
Los analistas políticos y la comunidad científica han puesto en duda el anuncio de los CDC de que a fines de octubre ya tendremos vacuna contra el COVID-19, cuando hace apenas unas semanas se hablaba de que recién a finales de año se tendrían los resultados de la Fase 3 de varios laboratorios que están tratando de crear la vacuna.
El anuncio previo lo hizo el presidente Donald Trump en la Convención Republicana prometiendo tener la vacuna antes de las elecciones del 3 de noviembre. Por lo que el pedido de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) a los gobernadores y departamentos de salud para que se preparen para distribuir una vacuna a partir de noviembre, suena a movida política.
Esto ha disparado la corriente de gente que se opone a ponerse la vacuna porque considera que no está lista todavía y lo que se quiere es usar a la población como conejillos de indias en este experimento.
En diferentes redes sociales miles se vienen manifestando en contra diciendo que no quieren exponerse a una enfermedad tan peligrosa sólo para complacer a los políticos. Dicen que no piensan ponerse la vacuna hasta que esté 100% probada y recomprobada.
Aducen muchos que parece mentira que en los Estados Unidos se quiera hacer lo mismo que en Rusia donde por cuestiones políticas han empezado a poner una vacuna contra el coronavirus, con una vacuna que no ha cumplido los estándares internacionales de protocolos de salud para asegurarse que no es un peligro para la salud pública.
CDC adelante
Pero lo cierto es que en una carta fechada el 27 de agosto, el director de los CDC, el Dr. Robert Redfield, dijo que los estados pronto recibirán solicitudes de permisos de la compañía de suministros médicos McKesson, que el HHS aprovechó para ayudar a distribuir la vacuna. Dijo que es posible que deban renunciar a algunos requisitos de licencias y permisos que podrían retrasar el proceso.
Los medios de comunicación han expresado su preocupación. La cadena CBS por ejemplo dijo en un reportaje que “la fecha límite generó preocupación entre los expertos en salud pública y los científicos de que la aprobación de una vacuna tendrá motivaciones políticas y que la Casa Blanca podría estar presionando a los reguladores para que lleven una vacuna al mercado antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre”, dijo.
Este mismo canal de TV entrevistó a Alex Azar, secretario de Health and Human Services (HHS), quien dijo que “no tiene nada que ver con las elecciones. Esto tiene que ver con entregar vacunas seguras y efectivas al pueblo estadounidense lo más rápido posible y salvar la vida de las personas. Ya sea el 15 de octubre, el 1 de noviembre o el 15 de noviembre, todo se trata de salvar vidas, pero de cumplir con los estándares de seguridad y eficacia de la FDA", dijo a CBS.
Dijo que "gente de carrera en los CDC" se acercó a la fecha límite, lo que indica que los nombramientos políticos como él no estaban involucrados. “Nadie involucrado en este proceso va a comprometerse nunca a asegurarse de que un producto que alguien ponga en su cuerpo sea seguro y efectivo”, dijo a CBS.
Agregó que la fecha límite fue establecida por la Dra. Nancy Messonnier, directora del Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias de los CDC, y otro personal de los CDC que trabaja en la planificación de la distribución de vacunas. Dijo que los datos de las vacunas serán revisados por la Junta de Monitoreo de Datos y Seguridad, un grupo independiente de expertos que monitorean la seguridad del paciente y los datos del tratamiento.
Coincidencias
También es cierto que las autoridades de salud han estado acelerando el desarrollo de candidatos a vacunas invirtiendo en múltiples etapas de investigación, aunque hacerlo podría ser en vano si la vacuna termina por no ser efectiva o segura.
Según el reportaje de CBS, Estados Unidos, como parte de la iniciativa Operation Warp Speed de la administración Trump, ya ha invertido miles de millones de dólares en seis posibles vacunas, incluidas las de las compañías farmacéuticas Pfizer, Moderna y AstraZeneca, que ingresaron en la fase tres de los ensayos. Los datos sobre al menos uno de los ensayos podrían llegar tan pronto como noviembre, según el Dr. Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del país.
A principios de esta semana, el comisionado de la FDA, el Dr. Stephen Hahn, le dijo al Financial Times que la agencia está preparada para eludir el proceso de aprobación federal completo para que la vacuna Covid-19 esté disponible lo antes posible.
Hahn insistió en que la agencia no estaba siendo presionada por el presidente Donald Trump para acelerar una vacuna, y dijo que una autorización de emergencia podría ser apropiada antes de que se completen los ensayos clínicos de la fase tres si los beneficios superan los riesgos.
Cómo se distribuirá
El martes, las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina publicaron un borrador de propuesta para distribuir una vacuna contra el coronavirus en los EE. UU. siempre que se apruebe una para uso público.
La vacuna se distribuiría en cuatro fases, y los trabajadores de la salud y los estadounidenses vulnerables, como los ancianos y aquellos con problemas de salud subyacentes, la recibirían primero, según el grupo. El informe fue solicitado por los Institutos Nacionales de Salud y los CDC.